domingo, 10 de enero de 2016

Aquí estoy, en vez de estudiando para el examen de mañana, el cual ya he dado por perdido, pues lo poco que he leído ni se me ha quedado grabado en el cerebro. Faltan ganas, falta motivación, falta esperanza…
Desde estos días pasados he experimentado de forma más fuerte mis obsesiones del momento. Miedo. Miedo a la muerte y a la enfermedad. Aunque, se supone que eso es normal, ¿no?. Es algo que está ligado a la propia vida. Pero he sufrido tantos cambios de emociones y de obsesiones… Y a veces hasta se contradicen. ¿Es posible pasar de un estado en el que te da igual morir a uno en el que sufres casi constantemente porque tienes miedo de que eso suceda?
Cualquier dolor, aunque sea identificado por un médico como “inofensivo”, se convierte en una tortura, por muy débil que se vuelva. Siempre está la pregunta “¿y si…?”. ¿Y si se ha equivocado? ¿Y si es más que eso? ¿Y si no se va nunca? ¿Y si me duermo esta noche y no me despierto mañana?
Esa obsesión puede conmigo, me desconcentra, me arrastra, y me hace perder el rumbo de mi vida, simplemente porque no quiero perderla. Porque ahora hay algo que sí me importa de verdad y mucho futuro por llegar que no quiero perderme.
Y, ¿por qué me pongo a contar esto ahora? Pues porque esta última semana me ha pasado eso, y ha sido un infierno personal en el cual se alternaban días más animados y días en los que no puedes evitar echarte a llorar porque eres consciente de lo que te pasa, y de que es eso mismo lo que te va a impedir disfrutar del futuro que tanto deseas que llegue.
Una entre tantas obsesiones. Uno entre tantos males.



You seem to replace
Your brain with your heart
You take things so hard
And then you fall apart

You try to explain
But before you can start
Those cry baby tears
Come out of the dark

Someone's turning the handle
To that faucet in your eyes
You pour it out
Where everyone can see

Your heart's too big for your body
It's why you won't fit inside
You pour it out
Where everyone can see