domingo, 31 de marzo de 2013

Los Monos de la Isla de Mierda.

- ¿ Conoces la historia de los monos de la isla de mierda? - le pregunté a Noboru Wataya.
Negó con la cabeza, sin ningún signo de interés.
- No la conozco.
- En un lugar lejano había una isla de mierda. No tenía nombre. No valía la pena ponerle ninguno. Era un isla de mierda con forma de mierda. Allí crecían palmeras con forma de mierda. Y las palmeras daban cocos que olían a mierda. Pero allí vivían monos de mierda que adoraban los cocos que olían a mierda. Y cagaban mierda de mierda. La mierda caía al suelo, aumentaba la capa de mierda y las palmeras de mierda que allí crecían eran cada vez más de mierda. Un círculo vicioso. - Me bebí el resto del café-. Mirándote, me he acordado de la historia de la isla de mierda - le dije a Noboru Wataya-. A lo que me refiero es que hay un tipo de mierda, un tipo de podredumbre, cierta tenebrosidad que se autoalimenta y, formando un círculo vicioso, crece con celeridad. Cuando se sobrepasa cierto punto, nadie lo puede detener. Ni siquiera la persona interesada.



Haruki Murakami. Crónica del pájaro que da cuerda al mundo.

miércoles, 27 de marzo de 2013

Como una Sombra.




" Silenciosa como una sombra,

ligera como una pluma,

rápida como una serpiente,

tranquila como las aguas en calma,

suave como la seda de verano,

veloz como un ciervo,

resbaladiza como una anguila,

fuerte como un oso,

fiera como un carcayú "



viernes, 22 de marzo de 2013

Emptiness


Odio esa sensación de vacío. Falta algo, pero no sabes el qué. Bueno, sí lo sabes, pero no puedes hacer nada por conseguirlo, así que te escondes y en silencio vigilas lo que hace todo el mundo. Procuras no pensar en ello y esperas a que pase el día, deseando que el siguiente sea mejor.

22-03-2013

lunes, 18 de marzo de 2013

Thinking about Nothing.


Qué bonita que es la soledad a veces. Cuando te quedas en una habitación de hotel sentada pensativamente en uno de los rojizos sillones aterciopelados. Encoges las piernas y las abrazas contra tu pecho mientras miras al infinito y tu mente intenta concentrarse en algún tipo de pensamiento pero sólo consigue quedarse en blanco. Ese silencio que te envuelve sólo es roto por el sonido amortiguado de los pasos rápidos por el pasillo enmoquetado, y esto te recuerda que sigue habiendo vida a tu alrededor.

                                                                                                                                       29-12-2012